Y me doy cuenta…
Que para que se produzca este mismo paso, han sido necesarios todos los pasos previos. Los miles (¿millones?) de pasos previos. Algunos firmes y decididos, otros más tambaleantes, unos hacia delante corriendo, otros para escapar, algunos para alcanzar, hacia delante. También hubo tropezones, hubo caídas, hubo vacilaciones.
Pero aquí estoy, ahora, dando este paso al azar de mis paseos bañados por la bruma oceánica.
Y me doy cuenta...
Que nunca nada es lo mismo, que en cada instante el suelo que piso es diferente. Nunca sé cuál será el escenario de mi próximo paso.
No existe la seguridad, es lo que me han enseñado mis miedos.
Como un niño aprendiendo a andar, suelto la mano y me arriesgo. Me arriesgo a experimentar lo que la Vida tiene para mí. Mi mente se aferra a la mano de la seguridad, de las cosas planeadas, de los destinos escritos por antelación.
Los miedos son las esposas que sujetan la mente.
La llave de las esposas la tengo Yo.
A fin de cuentas, ¿qué tengo que perder?
Perderé miedos, perderé desilusiones, perderé decepciones, perderé noches de insomnio, perderé días de llanto.
No sé qué ganaré, pero intuyo que será igual de maravilloso que lo que en mi se da cuenta y decide abrir las esposas. Yo.
Yo sin planes, Yo sin futuro escrito, Yo sin seguridad.
Intuyo que hay un Universo por descubrir que solo se ve cuando suelto la mano y empiezo a andar.
Mi Maestro Madhava un día dijo “aprendiendo a vivir en la incertidumbre… y sonriendo”.
Hoy es el primer día de mi Reino, de pie y sin agarrarme.
Y sonriendo.
Allá voy.
Paz
Blog de Sanatana Dharma


El aburrimiento siempre me ha parecido un temazo. A primera vista puede parecer un tema menor, pero ciertamente revela muchas claves sobre el proceder de los humanos.
El aburrimiento supone una forma habitual y sutil de sufrimiento que, por lo general, pasa ‘desapercibida’ para el común de los mortales. Los niños lo explicitan sin pudor y rabiando: “me aburro”. Algunos adultos cuando oyen hablar del aburrimiento saltan diciendo: “yo no me permito el lujo de estar aburrido, con todo lo que tengo que hacer en la vida”. En realidad, la respuesta deja claro que no se entiende el fondo de la cuestión.
Sería muy clarificador empezar preguntándonos qué es lo contrario de aburrirse; tal vez sería: entretenerse, distraerse, divertirse, contentarse, incluso alegrarse. Cuando alguien se aburre está ‘bostezante’, descontento, malhumorado, negativizado, incluso irritado, rabioso y muchas más cosas.
El monasterio era un lugar que olía a cerámicas y a verde. Tenía largas varandas, tenía arcos en las ventanas, tenía suaves cuestas alrededor de sus huertas y jardines. En él había sol y había pequeñas habitaciones blancas donde los hombres y mujeres meditaban. Cada cual en su pequeña habitación, cada cual en sus propios círculos a través de jardines y huertas, descansando, laborando, contemplando. Cada cual en un cálido rincón de la biblioteca, escuchando y leyendo, empapándose de los afanes de búsqueda de tantos otros hombres y mujeres. Cantaban todos juntos, comían en silencio y en cuencos de barro. Vivían y sentían la presencia de Dios a ráfagas. Tranquilamente iban caminando. La vida transcurría plácidamente, las semanas se sucedían rítmicamente.
Comencemos por amarnos a nosotros mismos.
Si no nos Amamos nosotros…
¿Quién nos va a amar?
Apaga el teléfono.
Sentémonos con la espalda bien derecha, con dignidad, con acomodo.
Hagámoslo, todos los días, un rato.
Creemos la Paz en nuestro interior y nuestros conflictos irán teniendo menos fuerza.
-Recorre tu cuerpo relajándolo.
-Serena tus emociones sintiéndolas.
-Silencia tu mente observándola.
Hagámoslo, todos los días, un rato, si es posible a la misma hora.
Que tu Paz se desparrame, que tu conciencia crezca.
Tu verdadera identidad, tu conciencia, será cada vez más clara,
tus miedos, problemas y preocupaciones, más débiles.
¡MEDITA ¡
Posdata:
Nunca me dieron mejor consejo y es el mejor consejo que tengo para ti.
Vayu.
Todo el mundo se divertía y parecía pasarlo bien, había un gran gentío. Cruzó su mirada con la mía, tenía treinta y tantos años, nivel socioeconómico medio-alto, un buen trabajo, buen aspecto, aparentemente sin problemas, lo cierto es que apenas nos conocíamos, salvo una breve conversación de dos minutos auspiciada por amigos comunes. Se acercó a mí y saludó con entusiasmo… al punto me di cuenta de que el alcohol modificaba su mirada y su entonación.
La conversación en su inicio, fue intrascendente, dentro de los límites de la cortesía.
Hola ¿qué tal? Muy bien, ¿y tú?
El intercambio no tardó mucho en adentrarse en terrenos personales y comenzó relatando el abandono sufrido recientemente por parte de su pareja, parecía hondamente afectado y comencé a prestar toda mi atención. Me confesó que había pensado en hacerse daño y que la idea de acabar con todo le parecía balsámica, cuando conducía su coche la imagen de soltar el volante y caer por un precipicio le resultaba atractiva, habló de lo vacía que encontraba su vida y la desorientación vital en la que se hallaba sumido.
Yo escuchaba con profundo respeto mientras sonaba la música, y es que estábamos en plena celebración… de una boda, paradójico ¿verdad? Todos a nuestro alrededor eran ajenos al dolor que acontecía en mi interlocutor.
Hablé poco, excepto unas torpes palabras de consuelo y se marchó algo más aliviado, al menos eso parecía.
¿Cuál es el mecanismo para que un revés, aparentemente superable, desencadene una crisis de tal calibre que haga pensar a alguien en el suicidio?
La primera vez que oí estas palabras fue a Madhava en el verano del curso de profesores: el enano saltarín, el niño, el padre, el adulto, yo estoy mal- tú estás bien…
Y también decía que controlaba nuestra vida y nuestras emociones, que había tomado unas decisiones, actitudes y creencias que controlarían y determinarían el resto de nuestra vida.
Pero, ¿quién es el enano saltarín?
Es un pequeño ser que habita dentro de nosotros y que lo que quiere es que le escuchemos, le prestemos atención, le demos mucho cariño y sobre todo, también quiere jugar.
Este pequeño ser de no más de 5 o 6 años, tuvo que vivir en un entorno que no entendía, con unos padres enormes y que no siempre le comprendían, ni le daban todo el cariño que necesitaba, y fue creciendo, sobreviviendo y adaptándose. Para ello tuvo que tomar unas decisiones, unas estrategias, que se fueron convirtiendo en creencias firmemente arraigadas y patrones emocionales y de conducta que están gravados en el inconsciente, ya que no era...
¿Te has parado a pensar en manos de qué y de quién depositas tu felicidad?
¿Te atreves a hacerlo?... Mirar y escuchar qué circunstancias deben ocurrir de una determinada manera para que te sientas bien, qué personas deben comportarse de una determinada forma para que no te sientas mal.
La práctica de la meditación es la única técnica de Yoga en el sendero superior, el único camino para percibir el espíritu del hombre, la única puerta para acceder conscientemente a esa esencia, de eso que en ti es la semilla de todo.
Meditar es percibir directamente la Verdad. La Verdad es lo único que en nosotros es permanente, que no cambia, que existe antes del nacimiento y perdura después de la muerte, y para poderlo diferenciar de lo demás debemos utilizar las herramientas que dispongamos. En la propia personalidad podemos hallar esas herramientas, y de ellas el intelecto o razón es la más elevada.
He tenido un sueño en el que los hombres se respetan, se acepan como son, se toleran y colaboran entre ellos. He tenido un sueño en el que los hombres ven a la Naturaleza como a sí mismos, y tanto hombres como mujeres buscan el bien común, lo que es bueno para todos, lo menos dañino posible…